Según la leyenda... dos compañeros de juegos del niño Jesús, apenados de verle siempre descalzo, debido a la pobreza de su familia, decidieron darle sus propios zapatos; y para que tuvieran mejor aspecto, los generosos niños quisieron que estuvieran lo más limpios posible, así que los lavaron, y los dejaron por la noche en el balcón para que se secaran.
Pero al día siguiente, los zapatos aparecieron llenos de regalos y dulces, como premio a sus buenas intenciones.
Los Reyes Magos habían pasado aquella noche por allí y habían recompensado la bondad de los dos niños con los dulces y regalitos.
Fuente: http://mujeresdel2000-mery.blogspot.com.ar
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